Gestión del talento en la empresa familiar

Una gran mayoría de las nuevas empresas se constituye como alternativa de vida de una pareja o una familia; mientras la idea se cristaliza en una razón social se tejen relaciones enmarcadas en el sueño compartido y cuando inicia sus operaciones la dinámica de la familia cambia por las demandas del entorno para responder a los diferentes roles que cumplen sus integrantes.
La dinámica de la empresa familiar afecta las relaciones y puede lesionarse.
Surge la necesidad de fortalecer los vínculos existentes y tomar conciencia de las demandas de los roles en uno y otro espacio para no descuidar las obligaciones adquiridas en la empresa, ni a nuestros seres queridos en la familia.
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Consolidar la empresa exige durante los primeros años, una alta dedicación en tiempo, dinero, energía y la toma de decisiones exige que prime el bienestar general sobre el particular; los tiempos libres se reducen considerablemente y éstos que solían estar definidos cuando se estaba en un trabajo dependiente, se diluyen y se suele sacrificar el tiempo de la familia, el personal y social entre otros, con mucha más frecuencia de la que todos desearíamos.
Es necesario que el empresario sea consciente de los cambios que se generan al interior de la familia, no para evitarlos “inevitablemente vendrán”, sino para anticiparse y contar con herramientas para afrontarlos.
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Empresa, familia y vínculo
Los dos primeros conceptos están presentes y mediados por el vínculo, en las dinámicas de las personas que conforman una y otra.
La empresa es una entidad conformada por personas en roles específicos que comparten recursos tangibles e intangibles con un fin usualmente de lucro y beneficio común y para satisfacer deseos y necesidades en su entorno.
La familia es el conjunto de personas unidas por un parentesco que surge a partir de un vínculo de pareja o del grado de consanguinidad, hermanos, padres, hijos, primos, en fin.
El vínculo está mediado por el apego y se crea desde la primera infancia influenciados por la manera como interpretamos la forma en que fuimos criados. Podríamos decir que existe un vínculo sano cuando hay regulación de nuestras emociones, la comunicación es fluida y asertiva, hay buena capacidad para restablecer las relaciones sociales que se afectaron por algún motivo. Las características y profundidad de estos vínculos inciden en la manera de pensar, sentir y de comportarnos con otras personas.
Cuando hay una buena relación entre los integrantes de la empresa familiar, es posible pensar en la sucesión generacional y en el presente los valores y principios que los unen favorecen la colaboración, la entrega y la perseverancia en la consolidación empresarial, mas no así cuando los lazos son frágiles; buscar apoyo y colaboración será más difícil así como compartir las percepciones sobre la empresa y encontrar el equilibrio entre ésta y la familia.
Algunas recomendaciones para facilitar las relaciones empresa y familia son:
- No aislarse, estar atentos a pedir, recibir y dar apoyo cuando es necesario.
- Involucrar a los integrantes de la empresa y a la vez familia de manera progresiva , compartiendo el propósito, la visión y la misión de manera permanente.
- Abrir oportunidades y espacios de manera continua para los familiares acogiendo las buenas ideas e iniciativas.
- Crear espacios de comunicación franca y abierta con los integrantes sobre lo que se espera de cada uno, esto aporta en que se valore el esfuerzo y luchen por el crecimiento de todos.
- Comunicar los logros, los avances y las victorias aunque puedan parecer pequeñas, pero que a la larga son las que muestran que hay un futuro prometedor.
- Conformar redes de apoyo, buscar aliados, amigos y otros empresarios con quienes se nutra el proceso empresarial.
Recuerda que en promedio, solo el 13% de las empresas familiares sobreviven a la tercera generación. Te acompañamos en el camino, solicita una sesión estratégica sin costo aquí.