El líder define y el equipo ejecuta ¡Incorrecto!

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Hace unos días llegó de nuevo a mis manos un libro que había leído hace años atrás, estoy hablando de “El Arte de la Ejecución en los Negocios” escrito por dos gurús de negocios en el año 2002, Larry Bossidy y Ram Charan. El libro estuvo más de 150 semanas en la lista de los más vendidos del New York Times.

Al releer algunas de sus páginas, quise compartir algunas anotaciones y me parece que su contenido está vigente en las estrategias empresariales.

El libro nos habla de tres procesos claves en la Ejecución de los negocios y de cómo la estrategia no es una tarea exclusiva del nivel jerárquico más alto en la empresa o solo de los líderes, como tampoco ejecutar los planes definidos, es una responsabilidad exclusiva del nivel operativo. 

El libro versa sobre una preocupación que los autores compartieron en relación a cómo los planes de negocio en muchas ocasiones fracasan, a pesar de ser planes tremendamente estructurados.

Concluyen que el fracaso puede deberse a que en ellos, hay un alto énfasis teórico y filosófico, dejando menor esfuerzo para la implementación y plantean que la EJECUCIÓN, es un ARTE, obedece a una disciplina y un sistema. Lo definen como el proceso sistemático de discutir rigurosamente los Cómo y los Qué, cuestionar, dar seguimiento obstinadamente  y asegurar que la información llegue de manera oportuna para que puedan realizarse proyecciones en escenarios posibles que vayan midiendo la capacidad de la empresa en la ejecución de sus operaciones  y a las personas encargadas de llevarlas a cabo en la puesta a prueba de sus capacidades para implementar la estrategia.

Llevar a cabo esta sincronía demanda trazar un camino de procedimientos, recursos, mediciones, seguimiento, control y direccionamiento constantes. La cuestión está en convertir las grandes ideas en pasos concretos para la acción.

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En la medida que los planes vayan mostrando resultados, así sea pequeños o en menor escala, se va ampliando la posibilidad de generar compromiso para que desde cualquier área del negocio, se agregue valor y prevenir así el agotamiento y la energía invertida en palos de ciego.

Los tres Procesos Claves de la Ejecución son: I) El proceso de la estrategia que define adónde quiere ir el negocio, ii) El proceso de personal que define quiénes van a llevar al negocio a ese lugar y III) El Plan Operativo, que muestra el camino para esas personas.

La Ejecución será una disciplina constante, no solo es el aspecto táctico del negocio; la ejecución por sí misma no obedece a ninguna táctica, pero sí es fundamental para ejecutar la estrategia  y darle forma.

Las personas tienen un valor preponderante  por ser, no solo quienes planean, sino quienes ejecutan los planes. 

La ejecución es el trabajo del líder del negocio, y debe poner su corazón para lograrlo, solo si está inmerso en cuerpo y alma, logrará con el apoyo de sus equipos, que las cosas pasen.

La delegación se hará solo y solo sí, una vez haya analizado cómo dirigirá los tres procesos que mencionamos, al escoger a otros líderes, establecer la dirección que tomarán las acciones y guiar las operaciones hacia la meta a lograr. Esto por supuesto en una permanente interacción con otros y una comunicación fluida y eficiente; mientras más se escuchen las opiniones y sugerencias de los involucrados, la ejecución de la estrategia tendrá más posibilidades de éxito, su labor es ser un CEO para las demás partes interesadas, formar y desarrollar a otros líderes, acompañarlos a trasegar el camino para seguir los procedimientos y gestionar los proyectos en un” poderoso ejercicio de creación de equipos” Y que “El presupuesto sea la expresión financiera del Plan Operativo y de los planes subyacentes, generados por los componentes del negocio”.

Elementos de la Ejecución

  1. Conocer el negocio y al personal: Es estar en el lugar de la noticia, no solo tener información de ella.
  2. Ser Realista: Tener la capacidad de enfrentar conversaciones ácidas y mirar objetivamente los escenarios posibles. 
  3. Fijar metas y prioridades: En entornos cambiantes como los actuales, tener tres o cuatro aspectos a lograr será mejor que muchos difusos. 
  4. Hacer seguimiento: Tomarse en serio lo planeado y monitorearlo.
  5. Reconocimiento y recompensa: Celebrar las victorias tempranas y a quienes están en el camino correcto, motiva y empodera. 
  6. Capacitar y acompañar: El desarrollo de otros es fundamental, elevar los liderazgos, impulsar las habilidades de los demás y descubrir lo que hace falta para encontrarlo y/o potenciarlo.
  7. Autoconocimiento y gestión emocional del líder: Tener coraje para manejar la frustración, tomar decisiones aunque sean impopulares, enfrentar la dificultad, defender el proyecto ante la ambigüedad y la incertidumbre, 

Así pues, la diferencia entre el éxito y el fracaso está en contar con una planeación estratégica  como herramienta administrativa para responder los Qué y los Cómo, dando espacios para la creatividad y la innovación. Contar con personas que asuman la disciplina que viene dada por los planes y por quienes están al frente de los proyectos y sean capaces de tener la autodisciplina para autogestionarse cuando aquellos estén ausentes.

Contar además con sistemas, y procesos ordenados y relacionados lógicamente para lograr un objetivo específico.

Y por supuesto el liderazgo de quienes tienen la responsabilidad de gerenciar, dirigir o administrar recursos o personas.

¡Conversemos! para analizar este y otros aspectos en tu empresa.

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